domingo, 13 de marzo de 2011

Fotografías con manchas.



Para evocar otros tiempos paso algunas tardes mirando mis trasnochadas fotografías en blanco y negro.


Fotografías que se asomaban a la tenue luz roja de un provisional laboratorio en el único baño de una casa llena de  tantas humedades como ilusiones.


Unas manchas rojas van comiendo esas viejas fotos donde todos aparecemos jóvenes.


Esas manchas son como una señal inequívoca de que sólo vemos un débil soporte de fantasía y recuerdo con fecha de caducidad, como cualquier vida.


Nos van diciendo que no somos los mismos, que todos los sueños de entonces o se cumplieron o se olvidaron y ahora en las fotos aparecen las manchas rojas,  mutilando sonrisas, apagando miradas, negando ilusiones.


Qué extraña semejanza con los años, que también van acabando poco a poco con sonrisas, ilusiones, con esas prisas porque todo llegue, con los deseos de llegar a ser y con las esperanzas, .... esas divinas esperanzas.  


Menos mal que de vez en cuando levanto la vista de los viejos álbumes y miro por la ventana para ver luces de colores y una rama de almendro que ofrece infinitas flores