viernes, 26 de agosto de 2011

Sientate y espera, todo pasa.


Solamente nos dimos cuenta tarde.
Eso es todo.
No fue la luna la que rompió el hechizo,
ni el viento quien deshojó la margarita,
no fue el agua la que ahogó los suspiros,  
ni el fuego quien quemó la pasión.
Son los sueños los que mienten, 
se pierden en el abandono del querer, 
en la ilusión de lo que no importa, 
en ese volar de los vencejos.
Morfeo nos ocultó todas las copas vacías, 
todas las colillas apagadas, 
nos negó los espejos rotos y
los trozos de miseria.
Era tarde, muy tarde cuando supimos que
los sueños se terminan sin pedir permiso.