Es sobrecogedor despertar en la noche
porque alguien llama con fuerza a la puerta.
Retumban prevenidas todas las puertas,
todas las camas,
retumban también los cuerpos abandonados en este sueño de la vida.
Quién será ese desconocido que te llama,
qué quiere, qué busca.
Es nuestro reflejo sobre el hielo
intentando volver a entrar en nosotros.
Pero ya es tarde, hemos cambiado.
Su llave ya no puede abrir la cerradura de los cuerpos.
Hay cosas que cambian en pocos segundos,
en el mismo instante en que apagamos la luz.
Tal vez me reconozcas por viejas imágenes,
yo ya no se quien soy.