martes, 15 de septiembre de 2020

Los silencios más largos



Me gusta el silencio cuando es impenetrable,
y el ruido de los pasos de ese gato 
que desanda su impaciencia.

Acepto mi realidad como un simple acontecer.
Admiro el pulso de ese segundo, único entre todos los segundos, 
ese, que sin previo aviso, elude lo real del presente
y te lleva inesperadamente a otro mundo.

El placer de ese despertar cándido a todo lo que ignoro.
Añoro, ese tiempo, sin tiempo, que las cosas esconden.
El secreto que se guarda cuando se muestra la lágrima.

Me gusta la médula espinal del universo, 
donde todo mi mundo se conecta a todos los mundos,
donde todo se abre paso sin dificultad
y mi presencia se intuye en la indiferencia.

Lo que he sido y lo que seré,
formar parte de esta función

Me gusta ese lugar donde los nombres escritos,
se han convertido en silencio,
silencio inagotable y puro
silencio de piedra y ausencia.