martes, 25 de octubre de 2011

Me queda por hacer




Que otras vidas más hondas sofoquen mi nostalgia
y que el don del valor me sea concedido.
Que el amor se engrandezca, sea fiel y dure
y que ajenos paisajes impidan la tristeza.

Que el olvido y la muerte, que el tiempo y el dolor
formen por esta vez en el bando vencido.
Que las luces se apaguen, y en la noche del cine,
esa breve mentira nos convierta en seres más vivos.


Que los vientos soplen del este y traigan sones de trompetas triunfadoras,
que las aguas vuelvan a sus cauces y amainen los impetus del desenfreno y la gloria.
Que los deseos no se dejen vencer.

Sólo eso me queda por hacer.

Sólo el aullar de una bestia.




Y después de haber estado tan perdido
recupero el habla y digo que mi soledad es un mundo bello.
Los seres que me habitan traicionaron al hombre,
se convierten en bestias salvajes.
Sin leyes, sin costumbres, sin velos ni pudor.
Entre estos bosques imposibles,  encontré sueños rotos,
vi  dioses de barro devorados por fauces de montañas,
vi como todos los días tienen la misma fecha,
el tiempo se estanca como un rio agotado.

Aquí, nadie engaña.
Los bosques se tiñen de colores pardos,
las hojas caen maduras y el frío se hace puñal
cuando las noches descienden a plomo negando los colores
transformando los sonidos en prudencia y recelo.

Pero nadie engaña.
Nada cambia si está envuelto en soledad.

Son los besos los que fingen
se disfrazan con el dulzor de la miel
Para cubrir su amargor de hiel.
No fueron los bosques los que me perdieron.
Me perdieron los ojos con lágrimas
los lamentos callados,
los suspiros ahogados.

Me lo dijo esa noche de luna llena,
un viejo fuego de crepitar tranquilo,  
sin calor, delirio, ni entusiasmo.

Tan sólo los aullidos de mis bestias pusieron allí la pasión.

 

viernes, 14 de octubre de 2011

Café, ¿cortado, o timido?

 
Nunca se debe mentir me iba diciendo mientras fingía en aquel bar que esperaba un café, cuando estaba allí, sentado tras la barra, solamente buscando el calor de su sonrisa.
-Si, con un poquito de leche,  si puede ser.
Sé que aun antes de remover el azúcar, ya pertenecía a su olvido,
y sin embargo, el café siempre tuvo cierto sabor a victoria.



domingo, 2 de octubre de 2011

Las seducción de las voces.



Próximo tren fuera de  servicio,  se ruega disculpen las molestias.
Dijo una voz de mujer a la que, haciendo un ejercicio de clarividencia, intenté imaginar.
Sometiéndome al ámbar de sus ojos acepté sus disculpas y al amparo de la luz azul de un fluorescente, esperé lánguidamente nuevas noticias de sus labios.
Metro les informa que el próximo tren, es más elegante, con mejores acabados, asientos de cuero, elevalunas eléctricos y una rubia imponente para sentarse a su lado.
Una suave brisa con olor a perfume caro, salía del altavoz rozando mi cuello a modo de sugerente susurro.
Con la sensación de triunfo asegurado, mis labios dibujaron la más seductora de las sonrisas cuando algún idiota me agarró del hombro y agitandome con fuerza dijo: 
-Vamos hombre, despierte, que ya toca cerrar.
A veces,  el sueño y el alcohol lo embarullan todo.