Si tuviéramos la oportunidad de vivir
una y otra vez hasta que todo saliera
bien.
Todo lo que nos duele,
quedaría enterrado
bajo un manto de flores secas,
y allí, en el olvidado jardín del olvido
permanecería definitivamente abandonado.
La memoria de la tristeza
Se perdería al pasar de la niebla,
y en mis sueños serías árbol
lanzando el alma al cielo,
donde la vida brota de tus ramas.
Habría solo un último adiós sin acabar
jamás
de marcar esa distancia lenta que nos
desune.
El tiempo no duraría,
su paso, sería en vano por toda esa eterna
distancia,
donde la vida solo sería la vida que nos
une.