El hielo congeló su último portazo,
y el sonido de sus tacones bajando las escaleras.
...
Un libro,
un vino,
buena música ,
un sillón,
y activado el modo de espera.
A cada párrafo se presiente su llegada,
........................
pero la intuición va muriendo poco a poco
mezclando los recuerdos con las páginas leídas.
.....................................................
Igual que el libro se va terminando,
la paciencia también se consume.
Miro por cada una de las ventanas.
No la veo,
ni la confundo,
ni la confundo,
ni la invento.
Antiguas gotas de lluvia y un tenue pálpito de vaho
Emborronan el cristal,
y allí escribo su nombre que se desvanece
como se diluye la sospecha de su regreso.
El pesimismo campea ya a sus anchas
por este reino del abandono.
La noche va cayendo lenta, inapelable,
desaparecen el monte y los tejados.
Los ojos,
los labios,
los susurros,
las caricias.
El tiempo se dilata
como su ausencia que ya es eterna.
¿Sabe usted qué hora es, al menos aproximadamente?.
Si, es la hora en que ella no vendrá.
Nunca más.
Es la hora de empezar a olvidar.
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