Ojos de muerte, ya borran mi espíritu,
es la última función en el último teatro.
Así me ha mirado hoy el espejo.
que tantas veces me avisó
de que nadie amaría a un cadáver.
Ese espejo que oculta tras el azogue
las sombras de dioses inventados,
los nombres y rostros de la soledad,
el sueño de soñar que siempre se sueña.
Este espejo que niega con urgencia esta vida
hasta que la luz se apaga y el espejo desaparece
porque la eternidad también se termina.
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