Tengo miedo.
Me tumbo a su lado buscando un consuelo y toco su piel que ahora me parece más suave que nunca y escucho el leve rumor que emite la angustia derramada en esos suspiros que escapan de su freno.
No sé que hacer, no estoy a la altura. Tengo mucho miedo.
Busco palabras para dar algún alivio, algún ánimo, pero me quedo callado. Solo me quedo a su lado y el silencio empieza a hacerme un terrible daño que sufro como sufren los cobardes, sin resistencia.
Nunca estuve a su altura.
Necesito encontrar palabras precisas que enmarquen con la exactitud de un reloj suizo estos sentimientos que siempre fueron impensables.
Habría que inventar esas palabras capaces de escapar a cualquier razón, palabras que hablaran del dolor del alma, palabras que expresaran lo desvalidos que estamos sin lo que tanto queremos. La insignificancia de una imagen dentro de espejos rotos en mil pedazos.
Palabras para definir el miedo que me rompe las entrañas al mirar esos ojos marcados con las huellas de todas las lagrimas derramadas en la trampa de la soledad.
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PacoRral |
No se puede decir tanto con tan poco.
ResponderEliminarMe asustó verte sin palabras.
Me asustó verte.
Me asustó.
Umberto Eco decía que nada da más valor al miedo que el miedo de los demás.
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