El misterio de vivir algo ya vivido, es algo que me obsesiona; será que por culpa del abandono al que me somete la memoria confundo situaciones que pudieran parecer similares, o tal vez sea simplemente la evidencia propia de haber tenido uno de esos sueños que nunca dieron ni una sola alternativa al recuerdo.
La verdad es que algunas veces me encuentro viviendo escenas que no son la primera vez que aparecen en mi vida, tal vez, debían de estar ya en alguna parte del pasado, aunque fuesen instantes menores, tan efímeros como indeterminados.
Cuando este Déjà Vu sobreviene, me acomodo a pensar de que en algún otro lugar un cuerpo inerte y vencido, no muy distinto al que tengo, está sumido en un sueño lejano. Un sueño de esos que se reiteran como las gotas de lluvia que caen en el mismo charco.
Cuando me doy cuenta de lo que está pasando, vienen a mi, desfilando en procesión, cientos de despropósitos adivinatorios aunque, si bien es cierto, nunca acierto ni siquiera en lo más próximo, por lo que nadie cree que lo que está pasando ya esta vivido. Pero, ¿¿¿Para qué iba yo a engañar a nadie????. Les aseguro, que ser he sido y estar he estado.