Voluntad quebrada
por sutil aroma de perfume
en sabanas viejas.
Prendas que custodian secretos
de soledad y sufrimiento.
¿Café o té?
(qué mas da),
(qué mas da),
palabras, solo palabras
casi siempre las mismas.
La ventana, en su sitio,
abierta lo suficiente.
Escaparate improvisado.
Detrás del cristal,
amontonados,
todos los abismos vividos,
todos los abismos vividos,
y un miedo atroz
a volver a caer abatido
por esa trampa del vértigo,
similar a la que se sufre en los sueños.
luz, solo la necesaria
para agotar esta última noche
y romper la oscuridad del espejo
con el fulgor de un nuevo calvario.
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