El ángel de la muerte
piensa mucho en mí,
bate sus alas levantando el polvo
con el que escribí su nombre.
Le gusta verme saltando las llamas de la hoguera
o nadando contracorriente mar adentro.
- ¡Lánzate al agua otra vez!,
- ¡Tírate al fuego y te
quemará San Juan!.
El ángel de la muerte
se te ha llevado el corazón.
El tiempo resbala por el
hielo del tiempo,
poco importa nada,
la amnesia siempre es
temprana,
cuando es la memoria
lo único que queda por
conservar.
Mi querido ángel
guárdate en la
fría herencia del mármol.
y deja escondida esa extraña
rosa de piedra
que esparce su
dulce aroma
detrás de los espejos que yo
miro.
Aun es pronto para la
amnesia.
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