miércoles, 15 de agosto de 2018

Un hombre cualquiera.



A un hombre cualquiera, le pesa la vida cuando atardece dentro.
Normalmente, no lo dice porque le pesa tanto, recordar como vivir.
Hace ya demasiado tiempo, una niña, que después se hizo mujer, le llenó la mirada de sol y también de lluvia.
Desde la distancia, crecieron sus hijos y los vio alejarse uno a uno cuando ya hubieron cavado el pozo de donde brota su olvido.
Olvido que se cubrirá de polvo como las fotos viejas.
Un hombre cualquiera, se hace viejo en otoño y otra tarde cualquiera, se aleja en silencio, sin que a nadie le importe.


jueves, 9 de agosto de 2018

¿Aun recuerdas la primavera?






La primavera que no llega.

Todo desde este desamparo que es tu ausencia,
parece siempre gris y frío.
largas horas de largos días,
pasos perdidos en caminos sin dirección,
noches de brumas y lejanía,
desesperanza por el consuelo de la esperanza.

Viento detrás del inexpugnable muro de miedo
que devuelve los ecos nostálgicos de gritos
que  pretenden tu boca y sus palabras
tus manos y sus caricias.

Todo sigue igual de quieto y frío:

La urticaria del sueño que me desvela,
la escarcha al amanecer que me consuela
Las viejas leyendas olvidadas
Y el horizonte perdido en la niebla.

¿Recuerdas aquella primavera? 
Tu llevas aún bellas flores de juventud sobre el pecho
y en tu frente esta escrita la marca del mismo cielo
tan deslumbrante y claro como el mirar de tus ojos.

Aquí todo sigue igual de frío y quieto:

El muro de indiferencia que te rodea 
el ruiseñor de piedra que canta mi llanto
los matorrales y su sombra
el polvo del camino que me alimenta,
ese manto de miedo al olvido que me ahoga
el susurro del rezo que siempre te nombra,
plegaria a la diosa que quiero,
y el inviable deseo del que cada noche despierto.

¿Recuerdas aquella primavera que vivimos?