Siento la lagrima despuntar,
como un vértigo insondable de angustia,
al escuchar en la replica de lo que digo,
un huidizo fulgor de lo que pienso.
No se contar aquel cuento
en que la eternidad del amor
es lo que se parece más a la vida.
Trato de describir esa transparencia
en que tu mano ausente reposa,
y la caricia que aun perdura.
Los matices de tus furtivas miradas
presentidas en el reflejo de cualquier espejo
que miraron tus ojos.
El olor a estrellas y lunas,
a lluvia y a hierba recién cortada
que guardo preso para siempre
por el único delito de pertenecerte.
No se contar estos cuentos,
que explican la levedad de la vida,
y lo poco que dura la eternidad del amor.
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