sábado, 12 de noviembre de 2016

Los pájaros de la cabeza




En estos últimos años he ido cayendo en la cuenta de que cualquier imaginación me parece mejor que la razón, que el deseo me agrada mas que la renuncia y que siempre he justificado mejor el placer que el sufrimiento.
Que solo me quejo de lo amargo que resulta un recuerdo lleno con tantos años de soledad y que le voy echando la culpa de estos delirios a los años que tengo, como si lo que se hubiera cumplido con ellos no fuera otra cosa que el mismo destino.

La vida es lo que es, la mires por donde la mires, aunque al echar a volar la imaginación uno acaba convencido de que es distinta. Me engaño pensando que es más lo que se desea que lo que se tiene, que es más lo que se imagina que lo que se ve, que la felicidad se puede almacenar sin que en realidad se termine en el momento que se disfruta.

Se que alguien me dirá que llenar la cabeza con más pájaros de los necesarios, acaba malbaratando lo poco que pueda quedar de ella.

Lo mejor, tal vez, sea resignarse a ser dueño de esta ración de soledad y abandono que los años van repartiendo y mirar con estos ojos que ya se van encaminado a la ceguera, como poco a poco se deshacen los nudos que nos atan a este mundo.


2 comentarios:

  1. Cuidado con desatar demasiados nudos, no vayas a salir volando.

    ResponderEliminar
  2. Si algún día me elevo del suelo, lo haré con la premisa de volver a caer, pero sin hacer ruido.

    ResponderEliminar

Muchas gracias por sus comentarios.