La sombra en la que te has convertido
centellea en el fulgor de la memoria.
No dice nada.
Con el mayor desprecio,
a merced del viento del recuerdo,
relumbra callando su orgullo de ser solo sombra.
Se viste de requiebros y de noche,
a la vez que destila un grato perfume de añoranza.
se va desvaneciendo con el silencio del crepúsculo,
y yo me despido sin haber dicho nada.
Así se cierra el círculo que me atormenta.
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