domingo, 22 de julio de 2018

Tiempos y lugares.




Si hay algo que esta vida enseña, es que por estos mataderos uno no pasa solo para mirar. Aquí hemos venido todos a morir.
-A la vida no hay que buscarle otra razón -creo-.
Desde que sé esto, estoy aprendiendo a mirar al cielo y ver la plenitud de su azul, a soñar con la simpleza de tender mi espalda en el suelo, a bailar al compás de las olas del mar, y a que todo lo demás me  importe un bledo.
-Qué más da, si todo da lo mismo - me digo-

Cada instante me paro a observar  como el tiempo pasado se marcha a la deriva hacia no se que lugares.
Las horas pasan despacio,  y a mi me gusta ver que el tiempo me va sobrepasando, y yo sigo ensimismado, mirando como crecen las flores de entre las hierbas. Es con este arma de quietud y tedio, con la que lucho contra el reloj que, a veces. me ahoga en la ansiedad. Es una manera  de intentar derrotar al enemigo que llevo dentro.
Cuando venzo, solo quiero bailar, apurando este ratito de vida que queda hasta el siguiente amanecer, por si acaso nunca mas hubiera otro.

La vida también enseña que es difícil volver y hay veces que no se vuelve nunca a ningún sitio, que uno siempre está en un viaje con destinos en lugares conocidos con gentes conocida y al mismo tiempo tan cambiados, que resultan extraños. Ni siquiera de la pesadilla se regresa al sueño y hasta lo soñado también queda perdido.
-Rendirse cuando todo está perdido no tiene sentido -pienso-

Sin embargo, en cada viaje tengo miedo, mucho miedo, de no encontrar ojos en ningún lugar que miren por las ventanas los días de invierno, por si acaso vuelvo del infierno en busca de algún consuelo.





miércoles, 18 de julio de 2018

Pronto para la amnesia.




El ángel de la muerte 
piensa mucho en mí,
bate sus alas levantando el polvo
con el que escribí su nombre.

Le gusta verme  saltando las llamas de la hoguera
o nadando contracorriente mar adentro.

-       ¡Lánzate al agua otra vez!,
-       ¡Tírate al fuego y te quemará San Juan!.

El ángel de la muerte 
se te ha llevado el corazón.

El tiempo resbala por el hielo del tiempo,
poco importa nada,
la amnesia siempre es temprana,
cuando es la memoria
lo único que queda por conservar.

Mi querido ángel
guárdate en la fría herencia del mármol.
y deja escondida esa extraña rosa de piedra
que esparce su dulce aroma
detrás de los espejos que yo miro.

Aun es pronto para la amnesia.






viernes, 13 de julio de 2018

Aroma a cielo.



Su perfume en la brisa,
cantó como canta la alondra
para hacer presente su vuelo.

Impregnó el aire y la luz del cielo
con dibujos de flores, lunas y versos.

(Solo fue la fría voz del viento
que pasó por unos labios entreabiertos).

Como la alondra, no supo nunca, 
de esta dulzura derramada 
desde la inhóspita soledad,  
ni del camino que queda vacío 
sin dirección ni sentido.

Su fragancia, con olor a sueños nuevos,
viene en las noches de duelo,
donde solo quedan los ecos
del aroma perdido de unas rosas secas,
y los murmullos más dulces de los últimos besos.





domingo, 8 de julio de 2018

Tristeza de bello rostro



El tiempo es el ladrón
que se llevó el rojo de la rosa blanca,
y de entre lo que siempre guardé,
se llevo los más añorados deseos.

Se marchó con las miradas y las palabras,
con el amor que vela lo que yo amo,
con un hombre libre
y otro hombre cautivo, que eran el mismo.

Se fue con las ganas que guardaba para envolverte
y el deseo tatuado en el árbol para no perderte.

Con ese espejo escondido entre los espejos rotos,
con la luna que guardé entre todas las lunas,
con la última primavera, el último frío,
la última lucha.

Se marchó con el sigilo de un gato
por la puerta que se abre
hacia mi mismo.
con un rostro de gato
igual a todos los rostros de gato
que al final se olvidan.

Huyó satisfecho,
con su armadura de orgullo, más peligrosa que un arma,
y el bello rostro de la tristeza.