domingo, 11 de septiembre de 2016

Cuanto vale el último segundo?.






He conocido demasiado bien esta limitación a lo finito que nos impone el reloj, la inquietud y la duda que nos traen los años sin saber si merece la pena vivir esta vida acotada a su capricho. Tiempo capaz de cambiar la fortuna por lo adverso, sin hacer ruido, como una luz cuando se convierte en sombra.

Siempre a merced del tiempo, de ese amasijo de dirección única y sentido incierto.
Sólo somos sombras retenidas. Puntos únicos sin principio, sin final, sin dimensión alguna que nos pueda certificar.

La única venganza posible es reírse de esta existencia porque todo lo que nos afecta, permanecerá solo lo necesario.

Al final no quedará duda de si será el mismo tiempo quien nos haga desaparecer eternamente, a sabiendas de que él es simplemente lo contrario a cualquier eternidad.


1 comentario:

  1. Ha dejado una imágen en mi cabeza que da para un cuentito. Marramuackas,hombre del tiempo.

    ResponderEliminar

Muchas gracias por sus comentarios.