Un péndulo de sentimiento,
instrumento de todas las melodías
y cantos tristes o alegres
que cualquier Foucault puede cantar
Momentos en que las nubes
respiran aire sucio
para ser mas grises.
Donde una escalera baja
por otra escalera
que lleva a un lugar tan excesivo
como la imagen reflejada
de un espejo en otro espejo.
La necesidad se convierte en cruz
de igual descripción que la lágrima
amarga como la sangre de tu sangre
que se marchó por el desagüe.
Se columpia en la lengua
el único recuerdo piadoso
de una desmemoria
que no sabe como olvidar.
En esta noche un cordero perdido
en los montes que te guardan
me persigue
y me cuenta:
uno, dos, tres, cuatro.....
¡Cuenta otra vez de mi!
¡Cuéntame otra vez!
que aquí nadie duerme tranquilo.
Carne de mi carne,
viejo sombrero de paja
que se convirtió en espinas
estrellas, luna
viento y polvo de porcelana.
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