He vuelto, sin querer,
a esa vieja tristeza,
que como el tiempo vuela.
Vuela desde esta mañana implacable
al escándalo del grajo,
al frío que arde en las entrañas,
a la ausencia más querida,
al duelo mas costoso.
mas triste que este vaso vacío
mas triste que este espejo sin rostro
mas triste que este teléfono que nunca suena,
peor que el silencio del olvido
peor que este sol que abrasa
peor que este rescoldo que se apaga.
peor que fingir alegría sin fundamento.
Solo hay una razón
porque más no quiero que la haya:
Una estrella a la que apunta mi dedo,
como regalo del loco.
Solo esa luz queda en el horizonte.
el resto,
todo es infierno.
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