viernes, 20 de diciembre de 2013

La sensatez de los instintos.





El oficio de pensar ha llegado a convertirse en un vicio del que no me puedo desprender. Me he convertido en un ser dependiente, en un penitente sufridor agobiado por la interminable presencia de ideas que fluyen como un río desbocado. Ideas que se superponen unas a otras hasta el infinito. Todas tienen la misma relevancia, y magnitud, todas prevalecen durante el mismo tiempo y no puedo obviar o descartar ninguna.

Pensamientos absolutos que parecen surgidos de la nada, pero haciendo un pequeño examen con algo de detenimiento y rigor, me doy cuenta que todos están enmarcados en límites muy estrechos.
La creatividad del cerebro se reduce simplemente a mezclar, trasponer, aumentar o disminuir todo aquello que los sentidos o la experiencia le suministra. Lo que nunca he llegado a comprender es qué puede mantener la atención fija en todos los pensamientos a la misma vez y los maneja con tan pasmosa facilidad.

Solo he encontrado un único sosiego, un remanso de paz,  un único momento en  que mi mente se queda en blanco, es cuando la velocidad aumenta, las curvas se cierran, la moto se tumba y se encienden todas las alarmas, es entonces cuando la adrenalina se dispara y me vacío por dentro como si mi espíritu me abandonara dejando mi cuerpo a merced de los instintos.

Ahora que ya soy viejo, cada vez me cuesta más ceder ante la llamada de ese instinto. Será que después de todos aquellos avatares que me reclamó la vida y a sabiendas de que ya está certificada su ruina lo más sensato es recobrar de una vez por todas y para siempre, el sueño, donde somos mas libres y mas inocentes.

Será  por ese anhelo de soñar que cuando me monto en la moto, lo hago de manera improvisada sin método alguno, sin resolver ni siquiera mi destino.
He de reconocer que a mi regreso siempre me sorprendo. Lo encuentro todo ordenado y extraño, me asombro incluso hasta con las arrugas de las cortinas cuando en realidad, nada ha cambiado tan solo el viajero que retorna de ese lugar donde reina la incertidumbre y el riesgo de no volver.




sábado, 23 de noviembre de 2013

Tremendo placer insustancial.



Dormir con la ventana abierta me ha concedido uno de los más extraños regalos.
Esta mañana, tras ver como el aliento se cuajaba en el aire helado de la habitación, me he quedado disfrutando del dulce calor de las sábanas y he cerrado los ojos una y otra vez buscando este modesto bienestar que me ofrecía la cama caldeada.
El frío, como enemigo incomodo, humillaba toda piel desguarnecida y yo me ovillaba hacia adentro en ese minúsculo territorio que limita mi contorno para sentir de nuevo el intenso placer de lo absurdo.
Es un instante mágico, donde solo ceder de nuevo ante el sueño, a ser posible para siempre, sería lo más razonable después de tantos calvarios en esta vida que certifican su perdición; todo sería dado por recobrar esa parte de la vida que es el sueño, donde hay banderas de inocencia.

Ahora la ventana está cerrada, la cama deshecha el café caliente y las calles todavía heladas, esperando afuera.



viernes, 15 de noviembre de 2013

Pájaro de mal agüero.




Hace algún tiempo, voy escribiendo un diario, pero con una singularidad; lo hago a futuro, o si lo prefieren por adelantado.
Escribo pronosticando lo que haré o lo que me sucederá en las siguientes dos semanas, de esta manera me prevengo de aquellos acontecimientos desagradables o incómodos que pudiesen sobrevenir.
Les confieso que estoy algo preocupado; justamente, a partir de esta fecha, como presagio de mal agüero, aparecen ya en blanco todas las paginas del dichoso diario .


sábado, 26 de octubre de 2013

Lo que cuesta soñar







Lo que cuesta soñar, nadie lo sabe.
Unas veces, justo antes de despertar, sueño que me levanto mientras sigo dormido. Desde la nebulosa confusa del sueño, me veo tumbado sobre la cama con el único amparo de la desnudez y de la inconsciencia.
Contemplo durante algún tiempo el saqueo que los años hicieron a ese "yo" dormido, abandonado y antes de que la neblina del sueño se acabe, antes de volver a la realidad huyo por la ventana para evitar el retorno.

Despabilar del sueño,  regresar a la consciencia del despertar, me cuesta un gran sacrificio; lo hago con la desazón del que está secuestrado, con el presentimiento de haber sido perseguido y de que debo continuar huyendo de algo o de alguien.
Curioso parentesco el del sueño y la muerte.






domingo, 20 de octubre de 2013

Pecador complicado.







Con el paso de los años, la vida se nos va llenando de esos secretos de lo que no conviene; los mismos que la vergüenza oculta.
Aquellos a los que la edad todavía no ha logrado matar los guardamos celosamente. Una esquela es la tarjeta de crédito necesaria para deshacerse de ellos.
El tiempo es lo único que consigue robar a la muerte esta penuria de cuerpos derribados, como estatuas caídas, estos que nunca han logrado esconder del todo las heridas que los llevaran a su destrucción.

Todo lo que queda escrito en los renglones de la existencia es la fatiga de la conciencia intentando acomodarse a la vida que se lleva, por eso nunca perderemos nuestro propio rastro. Se deja, se olvida, se abandona, pero no se pierde del todo. Es como un vicio del que te liberas pero no te curas, como si nos hubiéramos creado una adicción a nuestro modo de ser.
La conciencia se nos llena de una culpa que tratamos de aparcar en la inopia o el limbo, donde el recuerdo no tiene el mínimo valor,  pero la sospecha de su regreso (siempre improcedente), no deja de alertarnos.

Soy un pecador complicado. Conforme avanza la edad se van minando todas mis esperanzas de redención, y esto me produce una alteración amarga, equivalente a la del alcohol pero mucho más transitoria, como un decaimiento en un proceso febril o el roce de la arena en la piel cuando resbala con terrible aspereza.

A viejo nadie llega sin culpa, me dijo una vez un amigo, y tu serás un muerto con poco peso especifico.

Será cuestión de asumir esta irrelevancia hasta en el más allá y no dedicar esta vida a otro entretenimiento que el de echarse a perder.
A veces ya no hay razón.





miércoles, 17 de julio de 2013

Solo uno es unidad.





Quedarán como polvo en el camino los pasados perdidos
de tantos muertos aún vivos.
No habrá trasegar de modestias ni humildades
todas quedarán ocultas bajo varias paladas de tierra,
como tumbas pendientes del olvidar.

La vida se deshace bajo la tierra
con el único amparo de esa verdad molesta
que se repite a cada paso:
"Solo uno es unidad
lo demás es todo exceso,
menos la muerte, que nunca sobra".

Las historias se entierran y desaparecen,
el tiempo desvanecerá la memoria.
Se perfilará el olvido de cada existencia.
Serán como gotas de agua caídas y disueltas en el mar.

Sólo alguna luz, como ave franca de nido,
retomará su vuelo con la esperanza
de encontrar ojos que la contemplen.





viernes, 5 de julio de 2013

Adiós amigo.



Querido amigo,
Hoy te he empezado a echar de menos.
Ya sé. No tengo que olvidar lo que tantas veces me has repetido.
Si; todos tenemos medidas y tiempos diferentes, fechas de caducidad distintas.
Además, este compromiso de vivir acaba para todos en el mismo destino sin variación posible.

Decías que la vida tiene mil pliegues donde permanecen escondidos los sentimientos; hoy, también me he dado cuenta de eso al desdoblar este primer amanecer del primer día sin tu compañía, al advertir que faltaban tus primeros "buenos días", al ver el hueco que ha dejado  tu silueta esperándome frente a la puerta.

Esta mañana,  me he sentido muy solo. Se me anudó la garganta, los ojos, ajenos a cualquier voluntad, se inundaron de amargura e inevitablemente me perdí por el valle del Tempe para traer hasta aquí laureles y recuerdos que tanto te mereces.
Amigo, siento de verdad tu marcha.

Adiós Tomás,



domingo, 9 de junio de 2013

Tu reflejo helado.




Es sobrecogedor despertar en la noche
porque alguien llama con fuerza a la puerta.


Retumban prevenidas todas las puertas,
todas las camas, 
retumban también los cuerpos abandonados en este sueño de la vida.

Quién será ese desconocido que te llama,
qué quiere, qué busca. 


Es nuestro reflejo sobre el hielo
intentando volver a entrar en nosotros.


Pero ya es tarde,  hemos cambiado.


Su llave ya no puede abrir  la cerradura de los cuerpos.


Hay cosas que cambian en pocos segundos,

en el mismo instante en que apagamos la luz.

Tal vez me reconozcas por viejas imágenes,

yo ya no se quien soy.



martes, 4 de junio de 2013

Canción de reloj.






Hombre alado no sabe volar,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
-canta el viejo reloj-
cura tus heridas una vez más,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
deja ya lo imposible pasar,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
si ya has perdido,
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
solo gira dentro de la esfera
tic-tac, tic-tac, tic-tac,
el tiempo ya sabe donde irás.
tic-tac, tic-tac, tic-tac.



lunes, 27 de mayo de 2013

Distancias insalvables.




Me alejé tanto de mí
que ya no sé quien soy,
ni sé lo que siento al abandonarme bajo la lluvia,
al convertirme en briznas de ceniza volando en el viento.
Ya no sabría encontrarme,
ni describir a este personaje,
ponerle nombre,
o siquiera, 
asegurar
que  ha sido.



domingo, 26 de mayo de 2013

Palabras sin voz.



Entonces, al evocar aquella silenciosa carta
escrita a base de promesas,
supe que cualquier sucesión de palabras
no nacidas en su boca,
jamás alcanzarán ni la mitad de
ese significado que quisieran.


lunes, 13 de mayo de 2013

Luna, otoño, y nada.





Veo media luna de luz misteriosa,
escucho miradas cruzarse  
desde una eternidad repleta de ojos. 
Ojos que se buscan presintiendo
que alguien, al verlos, los recuerda.

Los sonidos de la noche se dilatan
hasta que la desesperanza, acaba con toda ambición,
se crea una sinfonía de inquietudes y miedos, 
que lo diluye todo excepto el eterno deseo de un afecto.


Un compromiso no escrito que no cederá ante el sueño.
Habrá más lunas que mirar y baladas que bailar.

Solo hará falta un gesto al comienzo del primer compás,
unas voluntades sensatas cegadas para siempre,
luz de luna, susurro de hojas caídas y nada.




Imagen tomada de la colección del amigo CEESEPE.





sábado, 20 de abril de 2013

Pienso, existo




A pesar de que el tiempo pasa, la consideración de su edad lo serena tanto como lo turba la edad de los demás. A fin de cuentas, sus años son los únicos que saben donde le tienen que llevar.

Su mayor placer, pensar.
El pensamiento surge como un dios de la nada, se transforma en fantasía, en ideas raras y forma una nube donde él vive.
Ese pensamiento que nace de sí mismo, será el  único dios que le sobreviva, y volverá  buscando otras víctimas de ese peligroso vicio de cavilar.


viernes, 5 de abril de 2013

Mirar sin ver.





Permanecer anclado a las rocas
hasta que la noche y la luna atraigan su mirada.
Esperar del horizonte la oscuridad
y con la luna respirar de nuevo
el perfume que se desprende de su soledad.

Naufragar en tierra firme.
Sentir ganas de volver a ese lugar indefinido,
donde luces y sombras, calles y gentes,
confluyen en ese punto de la mirada perdida,
justo detrás de las dudas irrazonables.

Volver a lo que nunca se puede recordar.

Volver al hueco infinito de ausencia en el recuerdo
que engulle las raíces y el pasado,
que vacía los ojos de  luz y de mar
hasta que sólo pueden mirar sin ver.




sábado, 23 de marzo de 2013

El último espejo




Ojos de muerte, ya borran mi espíritu,
es la última función en el último teatro.

Así me ha mirado hoy el espejo.
que tantas veces me avisó
de que nadie amaría a un cadáver.

Ese espejo que oculta tras el azogue
las sombras de dioses inventados,
los nombres y rostros de la soledad,
el sueño de soñar que siempre se sueña.

Este espejo que  niega con urgencia esta vida
hasta que la luz se apaga y el espejo desaparece
porque la eternidad también se termina.


jueves, 7 de marzo de 2013

Robleda.






Sé que mi espíritu, en su ultimo ocaso
regresará  a rondar entre sus robles,
a pasearar por sus montes de pizarra,
a importunar la transparencia de sus ríos
lanzando piedras, como hacía de niño.

Al calor de sus veranos amarillos,
con olor a mies recién cortada,
cantarán de nuevo las chicharras
en las encinas de las dehesas.

Veré otra vez, el azul completo,
de un cielo solo manchado
por vertiginosos vuelos de los vencejos.

Desde lo alto del teso, aguardaré paciente,
el repique de las campanas,
escucharé el rumor cansado del andar de los viejos,
sonando como el roce de las hojas
sumisas a la brisa.

A la noche, desde las dehesas,
vendrán perdidos ladridos
de perros sin nombre ni dueño,
guardianes de  infinitas estrellas.

Mientras el tiempo, sin ningún miramiento,
irá lijando, con sosegado esmero,
la madera de este viejo roble caído,
hasta desanillar de su tronco todo su pasado.

Y su reloj seguirá siendo exacto
a las dos y treinta y dos.



martes, 5 de marzo de 2013

Tarde de perros (tristes)






Ese cielo gris oscuro, sin matices,
guarda  en su interior luz estremecida.

Predispone a la melancolía,
al capricho de ese dolor del alma, 
invitando al tedio
con su domesticada tristeza,
compañera de juegos solitarios.

Esa insistencia infinita de la lluvia

que reblandece voluntades,
y las esconde en las olas del mar,
hasta el regreso del sentido perdido.

Mientras, todo queda flotando en el azul.



hasta que desaparezca el último eco,
la última luz,
el último alma. 
 



jueves, 28 de febrero de 2013

Nada.




Desciendo hacia el olvido

cabalgando sobre este animal

que con su penoso andar me soporta.
Voy sujeto a la condena impuesta del avance

a sabiendas de que el regreso no existe.

Desciendo quemando días y noches

sujetando los pocos recuerdos que queden.

Seré solo un vacío impensable,

no habrá imaginación ni fantasía capaz de intuirme
más allá de la insignificancia de la Nada.

martes, 19 de febrero de 2013

Humo




Los poemas que nunca escribiré
se han convertido en humo,

palabras arrojadas al vacío del fuego
pero no al caos.

Nunca el caos fue el camino equivocado. 
(sospecho que morir consiste
en el caótico reparto del espíritu entre otros). 


volutas de humo que se disuelven sin desaparecer del todo.
Humo caliente y blanco
lleno de palabras de distintos colores.
que hacen estremecerse lo revivido,
lo excesivo del pasado.
(Jamás seremos todo lo que somos).
Humo que llega a cualquier sitio sin mapas ni señales
y  se escapa de todas partes
como el agua entre los dedos,
como ese tiempo arenoso que también se va.
Extraña luz la de los poemas
que tan breve ilumina hacia adentro
y en esa noche nos arrastra
lejos de todo como un ser desbocado.
siguiendo solo aquellas palabras arrojadas
a esa distancia imposible de calcular.
como el secreto que nos confía la lágrima
cuando con sólo verla estás en el secreto.
(Lo definitivo de la muerte
es lo que queda cuando ya se ha ido)





lunes, 18 de febrero de 2013

Cierto planeta absurdo.






Aquí es donde todas las flores al atardecer mueren,
El miedo no es un planeta extraño 
los infinitos olores de la lluvia se los llevan pájaros negros

 ¡Qué extraña esencia al abrigo de una espera
que se convierte en música!.


Mientras los labios se besan
con una temperatura muy breve
en una calle sin pasos,

sin prisas,
hombres y labios esclavos de la muerte
que apagará sus recuerdos, 
buscando mares que desemboquen a la vuelta de unos ojos
porque ni los besos ni los lazos son eternos.

El miedo es un planeta absurdo pero cierto.





domingo, 17 de febrero de 2013

Errores comunes.







Manejar la vida es demasiado complicado si uno se la toma en serio.
Después de este gran desperdicio, lo reconozco.

Reconozco lo inútil de las inquietudes, de los anhelos,
y de todo este tiempo vivido sin ver.
No vi que se escapaban los años de tus ojos,
que partieron como pájaros huyendo por viejas iglesias.

Reconozco la soledad amansada de tus labios
que ya no estallan ni con el dolor,
ni con la tristeza salada de los besos que te di.

Reconozco tener sed de latidos propios,
sed de una piel suspicaz al roce de las caricias
de alguien que alumbrase más allá.

Reconozco haber querido vivir una vida que pudo ser de otro.
Reconozco mi error.



viernes, 1 de febrero de 2013

Los caminos de vivir




No quiero tener clavado este recuerdo en la conciencia.
Ni verme con la gélida mirada del reproche.
No seré un remordimiento eterno incapaz de urdir el olvido,

una  luz  muerta sin haber dibujado sombras.

Mientras voy digiriendo esta cruda realidad
sin condimentos que alivien su amargor,
he llenado con nieblas de fantasía
todos mis  pasados y futuros.


Se escaparan los placeres amparados por el cuerpo.
La conciencia, con voz trémula de madre muerta,
nos arrullará evitando la tentación.
Nos va meciendo al compás de esa nana eterna,
que nunca oímos al principio
y suena atronadora al final.

Mi única victoria será vivir, 
seguir avanzando sin rumbo, sin patrón,
sin madre, ni conciencia.

Sin despreciar un solo instante de gozo
ni perder una gota de lluvia,
ni una risa, ni una caricia.

Por este don de vivir hasta donde todos los viejos,
saben llegar solos.

(para Patricia)