como las menudencias que guardan,
y el secreto con el que las convierten en recuerdos.
Tan importantes como esos días destripados, entre risas y resacas,
como los sueños que soñamos y esos otros que vivimos.
cosas trascendentales,
como la sombra de la higuera que plantamos,
como tus cajones que se vaciaron con las prisas del rencor,
o el rechinar de las maderas
simulando pisadas que aún te viven.
como los cuadros que nos miraron,
y la bandeja de los turrones,
de todas las navidades.
No me olvido de añadir al inventario,
esa luz que se cuela por las persianas,
el murmullo de
la brisa,
bajo la sombra
del aliso, a la orilla de nuestro río.Las nubes bajas, que sin querer, forjaron la niebla
donde perdimos el norte.
La lluvia fina que no importa
y los charcos que pisotee,
ante la alegre reprensión de tu sonrisa.
Las avellanas, el vino blanco o rosado,
el té de por la tarde, el de por la noche
y los bombones de chocolate.
También, la luna, aunque a veces se esconda.
Las caricias que nos roba el perro en los descuidos.
El jardín que no supe cuidar
para que nos diera flores en primavera.
y esas otras cosas importantes
que sin querer se me han olvidado.