Tan solo un saludo, simplemente levanto la mano desde lejos y hago una pequeña mueca de aprobación. Sigo siendo demasiado tímido. He dejado la puerta abierta y me fascina que alguien entre a husmear a casa, me irrita el atrevimiento, sin embargo esto es público y si lo puse o expuse aquí no es sino para vencer mi terca soledad interior. Sea pues. Se bienvenido.
martes, 2 de noviembre de 2010
Casi llueve esta mañana
Necesito una música especial para un día nublado como hoy, quiero ver desde mi ventana como caen algunas hojas del viejo roble, y el viento las mece con sumo cuidado hasta depositarlas en la tierra a donde todo vuelve.
Un mirlo, se asusta por que los niños chillan camino de la escuela.
Niños alegres, niños que serán hombres honrados o corruptos, crueles, desalmados o compasivos y humanos.
Estos niños van jugando con el mísero tiempo que les queda para jugar, el viejo roble, con su terca determinación hará brotar nuevas hojas en la próxima primavera para que el otoño y el viento, inevitablemente se las arranquen.
Los niños crecerán y vendrán otros nuevos para asustar a los mirlos, mientras en esta vieja ventana dejara de adivinarse la mirada de una silueta aunque siga sonando la misma canción que pregunta “porqué”.
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