sábado, 6 de noviembre de 2010

Cualquier otro día volverá a llover.



He sido un privilegiado,
He andado bajo la lluvia, sin prisa, disfrutando de cada gota que generosamente mojaba mi cuerpo
He sentido la satisfacción de parecerle loco a los que desde sus refugios me observaban.
He recordado viejos tiempos ocupándome de correr, escondiéndome de las nubes, de su amenaza bajo un miserable paraguas y ahora me doy cuenta de que me equivocaba.
Por eso me río.
Bajo la lluvia aprendí que los momentos que no se disfrutan se pierden para siempre.

Ya sólo quedan los charcos que aún piso y la sensación del agua fresca resbalando por un cuerpo sin alma y sin límites.

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